Todos alguna vez vimos al señor
que vende la pomada milagrosa de aloe, el del quitamanchas también milagroso, o
al señor que siempre, siempre canta la misma canción y no afina la guitarra
desde el año 1987 más o menos: “eeeees
preferibleeee reir que llorarrrr”.
Pero ¿nadie ha visto la chica que
hace “stand-up” en el 103? Y lo digo entre comillas y letra cursiva para
recalcar que roza el insulto a dicho género humorístico.1
-“Gente. Buen día respetables damas y caballeros. Mi nombre es
Rosalinda y hago stand-up bondi, porque seamos sinceros, en el 103 sólo los
privilegiados hacen sit-down, ¡juas!”
Dijo ¡juas! Y fue como sentir una
patada en los ovarios, o mejor dicho, fue como sentir una pelea de lucha libre
entre ovario derecho y ovario izquierdo.
Básicamente me cagó el viaje.
Su
necesidad imperante de rematar todos los chistes con un ¡juas! eran como
alfileres que se iban clavando en la cabecita calva de Geniol (¿alguien se
acuerda de Geniol? Vamo’rriba usen google y no me hagan enojar).
La escuché, la escuché y esperé.
Cuando pasó a levantar su “voluntad” le susurré al oído: “las canchas de paddle
hoy son tierra de nadie y los video clubes/cyber cafés son una especie en
extinción”.
Espero que haya entendido la
metáfora.
1 Tal vez la chica del stand-up bondi no existe,
o tal vez sí. O capaz lo que vi fue producto de mi imaginación mezclada con la
fiebre rioplatense standapera, o no. O sí. ¡Juas!
¡Juas!
ResponderEliminar