(Porque algo había que hacer con el tiempo perdido adentro de un ómnibus)

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Siento es 3 en el Ciento 3. Hasta el 2 mil 13.


Tal vez por miedo a que se terminara el mundo en serio, tal vez para experimentar el sentimiento de falta, o simplemente por comodidad, la última semana del año me alejé del 103, me alejé de la capital más no corrí con la misma suerte en el trabajo. ¡Mierda!
Otra navidad con gusto a ensalada rusa, helado veteado y papa chip pasó sin pena ni gloria.
El mundo debería limitarse a no caretear tanto y a poner un poco más de sinceridad a la cuestión.
¡Sí! Estoy re quemada, enojada, ofuscada hasta con el maestro de panaderos de procedencia caribeña: ¡ponele más fruta abrillantada a tu budín, papá!
Y a la banda anti-fruta seca le digo: ¡Déjense de joder y compren cosas con chispas de chocolate! Manga de decadentes, salen una vez al año para quejarse de la fruta seca, el pan dulce y la recalcada conch…
¿Y el pesito pa’l Judas? Con todas las moneditas pa’l Judas que se juntan cada año (y -que pecando de ingenua- todos sabemos los niños revientan en ositos de gelatina, helados de palito y chupa-chupas) nuestro país ya habría pago la deuda externa de América Latina.
Y no me hagan hablar de los fuegos artificiales. ¡Los odio con toda mi alma!, desde aquella navidad a mediados de los años noventa cuando mi hermano se quemó la cabeza con una cañita que reventó en la vereda. Y no pienso hacer más comentarios al respecto, ni de los niños y/o señoras mayores que sin nada que hacer y mucho que molestar se colocan, creyendo erróneamente que es estratégico, a venderlos en las paradas de ómnibus.
Y sin más quejas por el bien de la humanidad y deseando que mi próxima navidad sea nevada y no jugando a imitar la voz de Darth Vader enfrente a un ventilador con sensaciones térmicas superiores a 38 grados Celsius, me despido.
¡FELIZ 103! Eh, digo 2013…
¡LOS OBJETIVOS, METAS Y BALANCES LOS DEJO PARA ENERO GILES! Ahora se me cae un huevo.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Día 10: ¿Cuál es el punto?


En el ómnibus se respira olor a transpiración.
A pocos parece importarles.
Entramos en ese punto bisagra del año donde algunos se enloquecen por hacer todo lo que no hicieron hasta ahora, y otros se dejan llevar resignados por la corriente en bajada.
El clima se vuelve denso en el 103: estudiantes sin horas de sueño preparando exámenes; empleados sin horas de sueño y con resaca que vienen de fiesta en fiesta despidiendo el año; maestras sin horas de sueño inventando coreografías nuevas para el pericón y; niños de túnica y moña azul excitados como si hubieran tomado un barril de refresco cola porque ven con ansias como esos noventa días de play station, juegos en red, guerras de agua y de romper las pelotas se encuentran tan cerca.
El punto es, ¿tan difícil es acceder a las góndolas de desodorantes?