El olor de la curtiembre me indica que
conseguí asiento a mitad de camino, por lo menos voy a poder anotar
algo.
El chofer está bastante malhumorado y
estoy segura que la velocidad del ómnibus supera la permitida.
En fin, mmm, ¿qué puse acá? ¡ah!
Éste fue el momento que agarramos varios pozos seguidos, no me
entiendo la letra...
...
...
Hoy finalmente se animó a hablarle.
Hace como un año que los veo intercambiar miradas pero nunca una
palabra.
-Mirá que
Harry muere al final.
-Jaja ¡qué gracioso! (contestó
Anna sonando claramente sarcástica).
-Mmm podría ser un final
interesante para que ese maguito se deje de joder de una vez por
todas.
Anna cerró el libro y giró noventa
grados para mirar directamente a los ojos de Nicolás.
-¡No me crié leyendo a Harry
Potter para que venga cualquier atrevido a matarlo así como así
porque le parece interesante! (ahí
hizo el gestito ese con los dedos, como si pusiera comillas en la
palabra interesante) ¡Ta! A Harry lo amo, que te quede
claro, ¡lo a-mo!
-Perdón. No quería joder. Seguí
leyendo, ¡loca de mierda!
Las últimas palabras no las dijo pero
fue evidente que lo pensó.
Nicolás agachó la cabeza y lentamente
fue girándola hasta apoyarla en la ventanilla. Se puteó a si mismo
por el tiempo perdido imaginándose una noche de pasión con Anna.
¡Qué pajero! balbuceó mientras tocaba el timbre para bajar.
Dudo que vuelva a ver a Nicolás en el
103 de las ocho y cinco.
Los tangos tienen razón. Las minas son bravas.
ResponderEliminarEso dicen sí.
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