Pocas cosas son placenteras de hacer en un 103, y una de
ellas (sino la mejor) es escuchar las conversaciones ajenas. He aquí una
pequeña muestra de conversadores contemporáneos cientotréviajeros:
“-Cuando sea grande quiero ser chofer para viajar sentado.
-¿Y si te comprás un auto mejor?
-¿Y qué te pensaste que iba a manejar, una bosta como ésta?”
“-Insisto. Es lo mejor para los dos.
-¡Snif snif snif! Pero no te voy a ver más.
-Por eso.”
Minutos más tarde la misma pareja…
“-En serio, sos vos, no soy yo.
-Si si ya se, no soy yo. Todos con el mismo cuento.
-Pero te estoy diciendo que sos vos, no yo.
-¿Qué?
-Nada. Ya era.”
“-No se quién está más buena si la maestra de quinto o el de
sexto.
-Pero el de sexto es maestrO.
-¿Y?”
“-A los reyes les voy a pedir un almohadón de plumas para regalárselo
a mi hermana y para mi un libro de Quiroga.
-¡Ah! Qué niño tan bueno.
-Cállese señora, no entendió nada.”
Golazo lo de Quiroga. Bri llan te.
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