(Porque algo había que hacer con el tiempo perdido adentro de un ómnibus)

jueves, 31 de octubre de 2013

Día 19: El amor tal vez. El amor después del 103.

El día que se conocieron él la saludó con la mano, ella improvisando un "hola" para eliminar el beso que tiró al aire sacó la mano del bolsillo y correspondió el saludo.
La segunda vez que se vieron, ella se adelantó a extender la mano, pero esta vez fue él quien tuvo que borrar el beso del aire.
Charla va, charla viene, una reunión acá, otra reunión allá y Romina se descubrió googleando el nombre de la persona que le estaba robando el aliento sin entender el por qué.
Poco le importó que el 103 estuviera lleno a las seis de la tarde, ni viajar cual ganado. 
Ni siquiera se dio cuenta, fue todo el viaje con destino Ciudadela pensando en él.
Tenía dos opciones, reconocerse estúpida por los suspiros y el tiempo que estaba perdiendo pensando en él, o encarar la situación, aclarar los tantos y...reconocerse estúpida claro está.

Hoy Romina no fue a trabajar. Se sentía tan feliz.
Por primera vez en su vida entendió lo que significan las mariposas en el estómago.
El médico le diagnosticó gastroenterocolitis, cuarenta y ocho horas de reposo y un blister de clonazepam.

Mientras tanto poco se sabe de él. Tampoco se ha probado su existencia.

2 comentarios:

  1. Ni que su no-existencia. Ya sé, soy una romántica.

    :)

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  2. Cuando puedas pásate por mi blog, ¡tienes un premio para recoger!

    Saludos omnibuseros

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